En una zona residencial de Barcelona, hemos realizado la propuesta de rehabilitación de un edificio racionalista.

Con medidas que limitan la demanda energética conseguimos un edificio de oficinas consciente con el medio ambiente, que incorpora criterios de regeneración del espacio urbano y promoción de la sostenibilidad con energías renovables.

Una envolvente aislada continua con sistema SATE con acabado mineral, nos proporciona un abrigo que limita la demanda energética y evita las condensaciones.

El uso de materiales como la madera o la cal, nos permiten conseguir espacios saludables y de bajo impacto ambiental.

Incorporamos al proyecto la propuesta de espacios vegetalizados, que funcionan como un pulmón de la ciudad, en beneficio del usuario y el entorno.

Al tratarse de un edificio de oficinas con un gasto de consumo energético elevado, optamos por la generación de energía renovable para ayudar a abaratar costes y evitar las emisiones de CO2 a la atmósfera.

Un sistema estructural muy claro, formado por tres crujías soportadas por muros de carga en sentido longitudinal, trabados tanto por los forjados como por los muros transversales del núcleo de comunicación y por los que cierran las cuatro esquinas, ha servido para integrar y ordenar los diversos usos de las nuevas oficinas.